Todo empezó porque encontré un pequeño pingüinito sobre mi computadora. ¡Es
mío! No era un peluchito de esos, de los que todas las chicas de mi edad sueñan
con recibir junto a un ramo de rosas. Uno color pastel. Este era pequeño, negro
y blanco. Perfecto para mí y mi personalidad. Chica gris en software clinicas.
Lo llevaba conmigo como si fuera un hijo cuando mi hermano (el friki
estudiante de 9no ciclo de Ing de Sistemas y hosting linux) me vio junto a mi
nuevo pequeño y me dijo: “Ahí está Tux” Lo único que atiné a responderle es
decirle: ¡Es mío! Toda una niña.
En el acto entendí que ese pequeño pingüino fuera de serie era de mi
hermano. ¿Qué hacía con un peluche de esos?
Comenzó con la historia. Sucede que el día anterior había tenido una
conferencia de Open Source en su universidad. Uno de los más conocidos
representantes de esa corriente es Linux, y Tux es su mascota. La analogía va
así: Windows es Ventana como Linux es Tux.
El Open Source o Software Libre se refiere a la libertad de los usuarios
para ejecutar, copiar, distribuir, estudiar, cambiar y mejorar el software. Es
así que se le conoce como uno de los movimientos socio/político/tecnológico y
desarrollo ios más creciente de los últimos tiempos. Es realmente todo un tema
por estudiar. Pero fuera de todo, prefiero un pingüinito como mascota que una
ventana toda fea con cuatro colores y sin gracia.